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lunes, 11 de junio de 2012

Supongamos que estamos casados




Un hombre y una mujer que no se conocían, coinciden en el mismo compartimiento de coche cama de un tren. A pesar de la obvia incomodidad que provoca la situación, y de las protestas de la mujer ante el guardia del tren, quien le explica que el convoy va lleno y no dispone de otro camarote, ambos finalmente ocupan el camarote y sus respectivas literas, el hombre en la superior y ella en la inferior. A media noche el hombre despierta a la mujer y le dice: 

"Lamento molestarla pero tengo un frío tremendo, ¿podría alcanzarme una de las mantas que están apiladas junto a la puerta?"

La mujer se asoma entre las cortinas de la litera y guiñándole el ojo a su compañero de camarote le dice: 

"Tengo una idea mejor, sólo por esta noche supongamos que estamos casados... ¿te gustaría?"

El hombre, sin poder creer lo que oyó, exclama:

"¡Pero claro, mi vida, claro!"

Y la mujer responde: 

"¡Pues entonces..! . bájate y agarrala tu, pinche huevón!"

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