Vistas de página en total

miércoles, 23 de octubre de 2013

Chistes cortos

                                                                 Condón

Un señor se dirige al mostrador de la farmacia y dice: "¡Señorita!, ¿me da un paquete de condones?" "¡Claro que sí!, ¿para soltero o para casado?" "No entiendo. ¿Cuál es la diferencia?" "Los de soltero vienen en paquetes de 7 y los de casado en paquetes de 12." "Menos le entiendo." "Mire, los de soltero vienen marcados con: lunes, martes, miércoles, etc. Y los de casado con: enero, febrero, marzo..."

                                                              El reloj sofisticado
Un hombre muy seguro de sí mismo entra a un Bar y se sienta enseguida de una mujer muy atractiva. El hombre la ve despistadamente y mira su reloj por un momento. La chica nota esto y le pregunta:

"¿Tu chica no llegó a tiempo?" 

"No", contesta él. "Simplemente que acabo de comprar este reloj muy sofisticado."

"¿Sofisticado? ¿Qué tiene de especial?", dice la chica. 

"Pues verás, este reloj se comunica telepáticamente conmigo a través de rayos Alfa."

"¿Y qué es lo que te dice ahora?"

"Pues me dice que tú no estás vistiendo ropa interior."

La mujer sonriéndose le dice: "Pues tal vez tu reloj no funciona porque sí visto ropa interior."

El hombre le contesta: "¡Cabrón! Se me hace que este pinche reloj anda adelantado una hora."

                                                                        La paga




En un bus a la hora que va más lleno, la gente va como sardinas en lata y una chica le dice a un tipo: 

"Por favor, ¿se podría apartar un poco? Tiene usted algo duro dentro del pantalón que me está apretando el muslo." 

"Oh, perdón, es que llevo el sobre con mi paga..." Y la chica le contesta:

"Usted debe tener un trabajo muy bueno, porque le han aumentado el sueldo como tres veces desde la última parada." 

                                                                     Calentamiento


Un joven llevaba a su novia de regreso a casa en un día en que hacía un frío del diablo, cuando de pronto se les poncha una llanta. El joven baja de su auto y empieza a cambiarla. Al poco rato sube al auto y le dice a la novia:

"¡Estoy muerto de frío! ¡Ya casi no siento mis manos!" "Pues mételas en medio de mis piernas para calentarlas!" La muchacha se sube el vestido y le permite al joven que ponga sus manos entre sus muslos. Después de un rato el joven dice: 

"¡Ya! ¡Ya las siento mejor! Déjame terminar de cambiar la llanta." El joven termina de cambiar la llanta y al entrar de nuevo al auto, la muchacha le dice con visible ganas: "¡Parece que tus orejas están también terriblemente frías!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario