Una pareja de morenos van por un camino, de repente al marido le da ganas de orinar y cuando termina se sacude el miembro tres veces. La mujer le pregunta para qué hace eso, y él le contesta que es para que el miembro se seque y no quede mojado.
Mas adelante a la mujer también le da ganas de orinar, se agacha y comienza a orinar. Cuando termina se le escapa un pedo, y el moreno le pregunta que para que hace eso.
Y ella le contesta:
"Es que yo también la seco, pero a vapor."
Un chico va a pedir la mano de su novia al papá de ella. Al llegar, el padre la manda a su cuarto en la parte de arriba de la casa. Luego pregunta al muchacho:
"¿Cuánto ganas?"
El muchacho dice: "El sueldo mínimo."
El padre grita: "¡A mi hija eso no le alcanza ni para el papel higiénico."
Decepcionado, el chico sale de la casa, y desde el balcón la novia le grita:
"¿Qué pasó?"
Y el chico le responde:
"¡Hasta nunca, cagona!"
Un tipo recibe una llamada anónima avisándole que su mujer lo engaña con un tal Fernando... todos los días en cuanto el se va al trabajo.
Al día siguiente, el tipo parte pero se queda espiando desde la esquina. Al rato ve llegar a Fernando buen mozo, 6' de alto, cuerpo atlético, aritocrático, ropa italiana de última moda, el cual con un ramo de flores en mano, toca el timbre de su casa.
Desde lejos ve que su mujer le abre y lo deja entrar. El marido corre, abre con su llave sin hacer ruido, entra sigilosamente y espia por la puerta entre abierta del dormitorio. Fernando se quita la chaqueta revelando sus poderosos hombros. La mujer lo besa apasionadamente y se quita los zapatos.
El marido no sabe que hacer, que decir, ni como intervenir y solo logra seguir espiando. Ferdando se quita la camisa de seda natural y muestra un torzo perfecto, unos abdominales marcados y sin un gramo de grasa.
La mujer se quita la falda y lo acaricia con locura.
Fernando se quita los pantalones y sus piernas son virilmente perfectas y un instrumento que le cuelga de envidia.
La mujer se quita la blusa y al quitarse el sostén se le caen las tetas hasta el ombligo.
El marido afligidísimo esconde la cara entre las manos y susurra:
Puta madre, vieja de mierda, que verguenza con Fernando.
